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COVID-19: Cómo proteger la cadena de suministro

La consultora PricewaterhouseCoopers refiere 5 puntos claves para proteger la cadena de suministro ante los impactos del COVID-19.

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“COVID-19: Protecting Your Supply Chain”, informe de  PricewaterhouseCoopers sobre los efectos del coronavirus en la cadena de suministro.

De acuerdo con el informe “COVID-19: Protecting Your Supply Chain”, desarrollado por el equipo de Global Crisis Centre de la consultora PricewaterhouseCoopers, la interconexión y la complejidad de las cadenas de suministro mundiales hacen que cuando se produzca una interrupción, como en el caso de los desastres naturales o los brotes de enfermedades, los efectos se sientan a nivel personal, social y económico.

El documento añade que nadie sabe cuánto llevará controlar la epidemia ni qué tanto se extenderá. Lo único seguro es que esto afectará a la cadena de suministro en todo el mundo y en diferentes sectores. Los más afectados serán el sector automotriz, la venta al menudeo y el farmacéutico.

“La dificultad para muchas empresas es que su dependencia de las exportaciones chinas no siempre es evidente de inmediato. China es un exportador importante de fabricación intermedia (la OECD estima que más del 52% de sus exportaciones son productos intermedios). La cadena de suministro mundial es tan intrincada que muchas empresas ni siquiera están al tanto de su dependencia de productos chinos. Por ejemplo, en Japón, el terremoto y posterior tsunami de 2011 provocó un accidente nuclear en una planta de Fukushima. Esto impactó directamente la disponibilidad de colores de los vehículos a la venta en meses posteriores. Resulta que una empresa de productos químicos ubicada a 80 km de Fukushima era la única que producía el pigmento xirallic que se usa para el recubrimiento automotriz”, detalla el documento.

El informe refiere que muchas empresas tienen una pequeña ventana de oportunidad para planear lo que se avecina: unas pocas semanas de suministro de mercancías se encontraba ya en marcha cuando la epidemia golpeó, lo suficiente para proporcionar un amortiguador a corto plazo; pero cómo podrán protegerse las empresas:

  • Identificar productos y proveedores cruciales: Es difícil para la mayoría de las organizaciones identificar rápidamente a cada proveedor de los niveles 2, 3 y 4 si no tienen ya una visión transparente de su patrimonio de terceros o al menos los datos disponibles. Se necesita al menos identificar a los productos fundamentales y a los proveedores de la fase 1 para poder establecer prioridades e identificar las principales vulnerabilidades. Una vez identificados, ¿cuán dependientes son estos proveedores de la región afectada?
  • Establecer un plan de contingencia: ¿Cuáles son las opciones para reequilibrar la oferta y la demanda? ¿Puede reducirse o modificarse la producción para proteger las escasas existencias? ¿Se dispone de existencias de reserva o de un proveedor alternativo seguro? ¿Cuál es el impacto en la estrategia de mediano plazo? El carácter estacional de las existencias de muchos minoristas, por ejemplo, puede exigir que se replantee la estrategia de reducción de las existencias y el control de los inventarios en los próximos meses.
  • Tomar en cuenta las implicaciones legales y financieras: ¿Cómo impactaría la ruptura de la cadena de suministro al margen, el flujo de efectivo y el plazo y reembolso de préstamos? ¿Habría problemas legales si no se pudiera cumplir con las entregas a los clientes?
  • Comunicar: Una alteración en la cadena de suministro puede provocar un daño no deseado en la reputación de la empresa. Por lo que resulta indispensable establecer una clara estrategia de comunicación transparente con clientes, socios externos, empleados y a través de toda la cadena de valor. Esta puede ser una ventaja competitiva ante este tipo de situaciones.
  • Analizar las posibles coyunturas: Un brote como COVID-19 puede suponer desafíos en la circulación de personas, impactando así en la productividad. Pero las repercusiones van mucho más allá. Los consumidores podrían modificar su modo de consumo adquiriendo más cosas en línea. Esto generaría mayor presión en las redes de logística. Una buena planeación que tome en cuenta a eventos impredecibles como este ayudará a las organizaciones a salir adelante en los siguientes meses.

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