Los plásticos en el Día Mundial de la Alimentación
El 16 de octubre se celebró el Día Mundial de la Alimentación, una fecha para reflexionar sobre los aportes de la industria plástica en la cadena de suministro para la conservación de los alimentos, desde la producción agrícola hasta la mesa.
El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación para conmemorar el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 1945. El objetivo de esta celebración es crear conciencia sobre el problema alimentario mundial y fomentar la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza en todas las naciones.
Aquí, el aporte de los plásticos resulta fundamental. De acuerdo con PlasticsEurope, cada año se desperdician en todo el mundo 1,300 millones de toneladas de alimentos. “Los plásticos, y en especial los envases de plástico, constituyen una solución ideal para combatir este problema. Ofrecen muchas opciones eficientes para entregar a los consumidores alimentos con la máxima calidad y vida útil. Eso reduce considerablemente los residuos, el consumo de energía y los recursos utilizados”, según el sitio web de esta organización.
Por eso, resulta peligrosa la difusión de campañas que atacan a los empaques, sin ningún tipo de consideración técnica. Justamente, este fin de semana se llevó a cabo en México un movimiento promovido por organizaciones ambientalistas que invitaban a los consumidores en grandes cadenas de supermercados a deshacerse de los empaques plásticos en los productos de la canasta familiar, bajo el lema ‘Queremos el producto, no el plástico’.
Uno se pregunta, ¿cómo harían estos consumidores para comprar leche, alimentos preparados y alimentos perecederos, como carnes y vegetales, de forma limpia y segura si no existieran los envases plásticos? ¿Cómo sería posible que llegaran a la mesa estos alimentos sin los aportes de los plásticos desde el inicio mismo de la producción y la agricultura? ¿Cómo sería posible llevar el alimento vital a comunidades apartadas y en necesidad?
No se puede ser tan leve en estos temas y generar desinformación, que desconoce todo lo que está detrás en el ciclo productivo del alimento. Es, realmente, un atentado contra la salud pública.
Resulta no solo oportuno, sino urgente, dar algunos ejemplos de la contribución de los envases plásticos a la reducción del desperdicio de alimentos, en una fecha tan importante como el Día Mundial de la Alimentación.
En la cadena alimentaria, los aportes del plástico inician en la agricultura, al permitir mejoras tanto en el crecimiento de la planta como en el proceso mismo con el control de variables climáticas que influyen sobre los cultivos, el control de malezas e insectos, así como la eficiencia en el agua de riego. Así mismo, los beneficios de los plásticos continúan en la cadena de suministro con los envases, empaques y embalajes.
Según PlasticsEurope, estos son solo algunos de los aportes que ofrecen los plásticos en este campo (tomado de su sitio web):
- Menos desperdicio de alimentos
Una de las causas del desperdicio de alimentos en los países en desarrollo es la falta de soluciones de envasado y transporte adecuadas para mantener la calidad y el frescor durante el viaje del campo a la mesa.
- Prolongar el periodo de conservación
El alimento se conserva fresco más tiempo en un envase de plástico. La fecha de caducidad de la carne de ternera se puede retrasar de cinco a diez días, o incluso más, si se utilizan las soluciones de envasado en plástico más avanzadas.
- Higiene y seguridad
El plástico protege contra la contaminación de los alimentos y constituye una barrera para los microbios, la humedad y los rayos UV. El envasado también evita daños físicos, lo que es especialmente importante en el transporte de frutas vulnerables como las frambuesas, por ejemplo.
- Mejora de la sostenibilidad
Con un envase de plástico se obtiene más con menos: Es más ligero que los materiales alternativos y, por lo tanto, ayuda a ahorrar costes de transporte y recursos. También es muy resistente a la humedad, el calor y el frío, lo que facilita una conservación adecuada y las opciones de distribución.
- Demasiado valioso para tirarlo
El envase de plástico conserva su valor incluso después de su vida útil. Se puede reciclar y convertir en nuevos productos, con lo que se ahorra en combustibles fósiles.
- Ahorro de recursos
Si el alimento se envasa con otros materiales que no son plásticos, el consumo de energía es del doble, y las emisiones de gases de efecto invernadero prácticamente se triplican.
- Innovar para superar los retos actuales
Los plásticos multilaminados permiten una vida útil sin precedentes para los alimentos perecederos. Y el uso de compatibilizadores aumenta las oportunidades de reciclar esos materiales.
- Innovar para superar los retos del futuro
Está funcionando ya la primera planta de fabricación comercial que capta las emisiones de CO2 para la producción de plástico. Ahora los investigadores están introduciendo en el mercado una nueva tecnología para descomponer los polímeros no reciclables en materias primas para producir nuevos polímeros vírgenes y otros productos, con lo que se ahorran recursos naturales como gas y petróleo.
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