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Enfoques de la plasticultura en México

Los polímeros tienen un impacto significativo en la evolución de la producción agrícola. Juntos, plásticos y agricultura, se desafían tecnológicamente y se complementan. En México hay logros interesantes y una gran proyección de crecimiento.
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La relación entre plásticos y agricultura es tan estrecha, que su vinculación ha dado lugar a la plasticultura, como un área de estudio. Así, la plasticultura o agroplasticultura es una rama de la agricultura que involucra el uso de los polímeros en la producción agrícola.

A través de acolchado de suelos, sistemas de riego por goteo, mallas, túneles, invernaderos y cubiertas, es posible adelantar cosechas, cultivar frutos fuera de temporada, controlar malezas e insectos, así como mejorar la eficiencia en el uso del agua, en el uso de fertilizantes y en el aprovechamiento del suelo mismo. 

Desde Saltillo, Coahuila, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) ha logrado diversos avances y desarrollos a través de su departamento de Plásticos en la Agricultura, que cuenta con un equipo de especialistas dedicado a evaluar, desarrollar tecnología y transferir conocimientos sobre el uso de diferentes técnicas de plasticultura. 

La vinculación entre químicos y agrónomos, con los expertos en polímeros de otros departamentos, les da una visión amplia de la aplicación de los plásticos en las áreas agrícolas, lo cual los ha llevado a liderar desarrollos tecnológicos, educación en plasticultura, a través de diversos programas, uno de ellos de maestría, y a impulsar iniciativas de impacto nacional para contruibuir con el desarrollo del sector agrícola mexicano de forma sustentable.

Plastics Technology México platicó con los doctores Oussama Hussein Mounzer y Marco Arellano, de este departamento, sobre el potencial y los retos de la plasticultura en México.

De acuerdo con el doctor Hussein Mounzer, el uso de plásticos en la agricultura permite mejorar el rendimiento agrícola, no sólo en lo que respecta al crecimiento de la planta, sino al proceso como un todo. “La agricultura es el sector productivo más antiguo desde que existe la historia humana y sus avances no se detienen. La tecnología aporta muchísimo y hoy en día tenemos, por ejemplo, sensores para medir y dar seguimiento a todos los factores que influyen en el crecimiento de la planta, inclusive de los factores del ambiente que la rodean.

Al analizar la información obtenida podemos aportar las dosis adecuadas de luz, agua, temperatura, humedad relativa y otros insumos necesarios para su crecimiento”, agregó. El experto asegura que los plásticos tienen un rol muy importante en la agricultura basada en el conocimiento, con un abanico amplio en diversas aplicaciones que han contribuido a controlar las variables climáticas que influyen sobre los cultivos para adaptar las producciones a la demanda del mercado.

Desde una perspectiva medioambiental, los plásticos también alcanzan importantes beneficios en el uso de recursos naturales e insumos. Por ejemplo, mediante aspersores y sistemas de riego, los plásticos permiten importantes ahorros de agua, de entre 40 y 95%. Igualmente, el uso de acolchados puede reducir la pérdida de agua a través de la superficie del suelo, como uno de sus tantos beneficios. “Al mismo tiempo que se logran eficiencias en las actividades de producción, también se logran impactos positivos en el medio ambiente que nos rodea”, señaló el doctor Hussein Mounzer.

Como un ejemplo a nivel nacional de agricultura sustentable, el doctor Arellano menciona un caso de éxito en el sur de Nuevo León de un complejo de invernaderos que fue desarrollado para el sector social. El complejo, con alrededor de 30 hectáreas, está dividido en más de 120 invernaderos que pertenecen a familias del sector rural.

“El gobierno los está apoyando con la asesoría técnica y los créditos, y están trabajando bajo la tecnología de película de invernadero, acolchados y riego por goteo, con lo que están teniendo ahorros importantes en agua, en fertilizantes, y producen el tomate tipo ensaladero”, continuó el doctor.

Aplicaciones de plasticultura en México

La integración de los plásticos en la agricultura requiere una inversión para tener productos agrícolas de valor agregado. Según el doctor Marco Arellano, la plasticultura en México se encuentra, todavía, en un proceso inicial de crecimiento y desarrollo.

“México está viviendo realmente este cambio. Por ejemplo, hacia el año 2000, tenía aproximadamente 700 hectáreas de cultivos bajo cubierta, y hoy en día tiene más de 20,000 hectáreas. Todo va arrastrado por la demanda del mercado. Agricultor, academia e ingeniería van respondiendo de forma rápida”, comentó.

De acuerdo con el doctor Hussein Mounzer, en México se está trabajando en las propiedades ópticas de los plásticos para lograr el efecto deseado. En acolchados, se destacan los materiales fotoselectivos, que reflejan la radiación solar para que pueda ser aprovechada por los cultivos. El reflejo de rayos UV también se usa como medida para controlar las plagas.

También se está trabajando en la incorporación de ciertos insecticidas dentro del polímero para la fabricación de los acolchados, con el fin de hacer más eficiente el uso de estos productos y evitar la contaminación química. En el manejo de aditivos dentro del polímero, el experto también citó como innovaciones las relacionadas con propiedades antivirus, antihongo y antiestáticos.

En cuanto al manejo de la temperatura, existen varias aplicaciones de mallas sombra en temporadas de verano y tecnologías de invernadero en épocas de frío, para continuar con el ciclo productivo de los cultivos. El doctor Marco Arellano destacó la producción de pimiento morrón, mediante el uso de esta técnica en Coahuila, así como de cultivos de especialidad como tomates cherry, tomates tipo uva, y pepinos tipo ‘pickle’, que son de exportación.

En 2009, el gobierno federal puso en marcha la Estrategia Nacional de Agricultura Protegida. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SARGAPA), de 20 mil hectáreas bajo agricultura protegida, aproximadamente 12 mil son de invernadero y 8 mil corresponden a malla sombra y macro túnel, principalmente.

Los principales cultivos que se producen bajo agricultura protegida son jitomate (70%), pimiento (16%) y pepino (10%), aunque recientemente están entrando también cultivos de papaya, fresa, chile habanero, flores y plantas aromáticas. El 50% de la superficie con agricultura protegida se concentra en cuatro estados: Sinaloa (22%), Baja California (14%), Baja California Sur (12%) y Jalisco (10%). 

Algunos retos

El doctor Marco Arellano señala que uno de los grandes retos está en lograr mayor producción nacional de los componentes plásticos. “Anteriormente casi todo era importado de otros países. En México se ha estado trabajando intensamente con algunas empresas para competir con tecnología nacional. En la actualidad ya contamos con tecnología mexicana y la fabricación de plásticos mexicanos”.

El experto cita como ejemplo a Industrias Culiacán, en Sinaloa, que abastece de películas tipo invernadero a la República Mexicana y ya está exportando a América Latina. “Las empresas mexicanas empiezan a estar a la par de las tecnologías extranjeras y aunque ya vemos bastante producción en México, aún falta mucho desarrollo de tecnología para ganar más mercado”.

Descata el doctor Arellano el papel que ha jugado la Red Nacional de Plásticos en la Agricultura, cuyo propósito es generar y utilizar tecnologías que permitan una alta productividad y hacer un uso más eficiente de los insumos dedicados a la agricultura, así como transformar la práctica de la agricultura tradicional en empresas agrícolas rentables y competitivas. Hacen parte de esta iniciativa Industrias de Culiacán, Basf, CIBA Especialidades Químicas de Mexico, A.Schulman de Mexico, SA, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, y el CIQA.

“En conjunto, dentro de la red se trazó un plan para ver qué tipo de problemáticas se tienen en México y cuáles son las propuestas o soluciones factibles. Entre los principales retos está encontrar materiales que sean mucho más resistentes a la degradación de productos azufrados o clorados, que tengan una mayor duración bajo condiciones de campo”, comentó Arellano.

Otra de las prioridades ha sido el desarrollo y la aplicación metodologías para determinar las propiedades ópticas de los materiales plásticos, de acuerdo a cada región y sus condiciones. También hay proyectos interesantes en la fabricación de acolchados con plásticos biodegradables, una característica que puede llegar a ser sumamente beneficiosa para el impacto ambiental de la producción agrícola.

El doctor Hussein Mounzer también menciona como reto el reciclado y la disposición final de los productos plásticos empleados en los cultivos.

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