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CIQA desarrolla recubrimientos para protección poscosecha

El CIQA ha desarrollado recubrimientos elaborados a partir de alcohol polivinílico y una suspensión de poliacetato de vinilo, para crear unas cubiertas capaces de proteger productos hortofrutícolas después de la cosecha.

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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reportó que en 2016 en América Latina se desaprovecharon o perdieron 127 millones de toneladas de alimentos.

La pérdida ocurre dentro de los eslabones de la cadena alimentaria: 28 por ciento a nivel de producción; otro 28 por ciento causado por el consumidor; 22 por ciento se durante el manejo y almacenamiento; 17 por ciento en el mercado y su distribución; y el resto durante el procesamiento.

En este contexto, la FAO ha considerado de gran importancia el desarrollo de tecnologías poscosecha para reducir estos índices. Debido a ello, científicos del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) han desarrollado recubrimientos para la protección de frutas y verduras en esta fase.

De acuerdo con la Agencia Informativa Conacyt, se trata de un desarrollo, trabajado por cerca de una década, que tiene como finalidad contribuir a la reducción del desperdicio de alimentos de interés para México, generando a su vez el aprovechamiento integral de productos para el consumidor a través del aumento del tiempo de vida y el fortalecimiento de la economía del sector agrícola nacional.

El uso de recubrimientos en poscosecha, como ceras naturales, es una tecnología que se ha aplicado desde hace siglos para conservar diversos frutos. A partir de la aparición del quitosano, se detonó el uso de esta protección especial para los alimentos; sin embargo, su optimización continúa de acuerdo con las necesidades sociales, agrícolas y de los consumidores.

La doctora Lluvia de Abril Alexandra Soriano Melgar, catedrática del Conacyt, adscrita al Departamento de Plásticos en la Agricultura del CIQA aseguró que: “en países como el nuestro, las pérdidas alcanzan valores superiores al 50 por ciento, lo que trae como consecuencia no solo la pérdida de alimentos sino que, además, deriva en grandes pérdidas económicas. Durante los próximos años, con el incremento de la población también aumentará la demanda de alimentos, por lo que es importante contar con tecnologías que nos permitan conservar por más tiempo los productos a nivel poscosecha”.

Los productos poscosecha, una vez que son separados de la planta "madre" buscan sobrevivir con las reservas que tienen. Durante esta etapa, el fruto pierde agua debido a su proceso de respiración. Esto trae como consecuencia la pérdida de peso y desencadena más rápido la senescencia (cambios debido al transcurso del tiempo) del producto y, por tanto, menor vida útil.

Los recubrimientos generados en el CIQA están elaborados a partir de alcohol polivinílico y una suspensión de poliacetato de vinilo, un polímero utilizado en la formulación de la goma de mascar y en algunos alimentos de forma limitada y regulada. Con estos elementos se forma una cubierta polimérica biocompatible, inocua para los humanos, que permite proteger diversos productos hortofrutícolas después de la cosecha.

“Lo que se busca, cada vez más, es utilizar recubrimientos que sean lo más naturales posibles y que, además, puedan ser consumidos. Los componentes del recubrimiento que se emplean en el CIQA tienen esa particularidad ya que son biocompatibles”, explicó Soriano Melgar.

Con la aplicación de los recubrimientos, los especialistas del CIQA disminuyen la respiración y la pérdida del agua, para lograr que el producto en poscosecha se mantenga durante más tiempo.

“Por lo general, los productos recubiertos con el látex (poliacetato de vinilo y alcohol polivinílico) pierden menos peso que los que no están recubiertos en condiciones controladas de laboratorio, es decir, en condiciones ambientales contra condiciones de almacenamiento recomendadas para cada producto. Cada producto tiene su temperatura óptima de almacenamiento en poscosecha”, indicó el doctor René Darío Peralta Rodríguez, investigador titular C del Departamento de Procesos de Polimerización en el CIQA.

El científico agregó que, hasta la fecha, han aplicado estos recubrimientos en diversos productos agrícolas como tomate saladette, tomate bola, tomate cherry, pimiento, pepino, naranja, lima ácida (limón) y papaya, en todos los casos se han reportado resultados positivos.

Soriano Melgar añadió que la idea con estos tratamientos poscosecha es utilizar temperaturas bajas con los recubrimientos y extender la vida de los productos, ya que a temperatura ambiente, algunos de ellos, tendrían un ciclo de vida mucho menor. En cambio, en refrigeración, algunos pueden extender su vida de anaquel por arriba de tres semanas, como en el caso del limón.

Peralta Rodríguez comentó que el futuro del proyecto a corto plazo será estudiar combinaciones de este látex con otros ingredientes, para optimizar el recubrimiento antes de una transferencia tecnológica.

 

Doctora Lluvia de Abril Alexandra Soriano Melgar y Doctor René Darío Peralta Rodríguez. Doctora Lluvia de Abril Alexandra Soriano Melgar y Doctor René Darío Peralta Rodríguez.

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