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No podemos jugar nuevos juegos con viejas reglas: TLCAN

El consultor internacional y experto en estrategia de negocios y plásticos, Ricardo A. Ricárdez Solís, demandó a los industriales del plástico reconocer lo que han hecho bien, meterse en el nuevo juego y cambiar su visión sobre México.  

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“No han cambiado las reglas del juego, lo que ha cambiado es el juego y no podemos jugar nuevos juegos con viejas reglas. Ni podemos, como hacemos los mexicanos, querer cambiar y seguir comportándonos igual (…) Métanse en el nuevo juego y demanden otros tipo de repuestas” señaló a industriales del plástico el consultor internacional, asesor de la Asociación de Industrias Plásticas (Anipac) y experto en estrategia de negocios y plásticos, Ricardo A. Ricárdez Solís.

Ricardo A. Ricárdez Solís, consultor y experto en estrategia de negocios y plásticos,

Ricardo A. Ricárdez Solís, consultor y experto
en estrategia de negocios y plásticos.

Las palabras de quien se desempeña actualmente como asesor acreditado para la renegociación del TLCAN y asesor calificado del Cuarto de Junto para la renegociación del TLCAN, tuvieron lugar en el Centro Citibanamex, de la Ciudad de México, donde se celebra Plastimagen 2017, la feria más importante de la industria plástica en México y Latinoamérica.

Durante su conferencia magistral llamada “Actualización del TLCAN: Cómo la industria del plástico participa.”, Ricárdez Solís describió a los asistentes las implicaciones del TLCAN y el proceso de renegociación que actualmente se lleva a cabo.

Para el experto, quien ha sido miembro de los equipos de negociación los equipos de negociación internacional de México, Tratado de Libre Comercio de Norte América y Tratados de Libre Comercio de Centro y Sudamérica, y Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la Unión Europea y México, es necesario cambiar la perspectiva de los mexicanos sobre su nación.

“México se convirtió en una potencia industrial y es necesario aprender a vernos de ese tamaño. No somos un país chiquito que hace 25 años añoraba un tratado. Hoy somos otro tipo de nación, hay que fortalecernos y hablar bien de lo que sí sabemos hacer”.

Apuntó que el TLCAN está regido por reglas de la Organización Mundial del Comercio, se apega  a sus disciplinas y está sujeto al Acuerdo de Viena, y que sólo está por debajo de la Constitución y es superior a toda las leyes de los países firmantes, por lo que no es un elemento jurídico menor, sino que está poderosamente sustentado.

Recordó que desde que México firmó el TLCAN, el 17 de diciembre de 1992, ha firmado 12 tratados de libre con comercio con 46 países y 32 acuerdos de promoción y protección recíproca de las inversiones, entre otros. Y aseguró que, desde entonces, ha cambiado el perfil de dónde se producen cosas en el mundo. “Se han movido la industria automotriz y aeroespacial, de las telecomunicaciones, médica, bioquímica, y ahí es a donde nos debemos de mover.”

“Aunque no lo creamos, México es la octava potencia en el mundo del sector manufacturero y es el tercer mayor exportador de productos de alta tecnología. La industria del plástico es una muestra de ese movimiento. En 1994, la industria del plástico valía 5 mil millones de dólares y hoy más de 35 mil millones. México representa el 2.5% de producción en el mundo, produciendo unas 8 millones de toneladas, y podríamos hacer mucho más” detalló.

Sobre las renegociaciones que enfrenta la industria del plástico a propósito del TLCAN, señaló que antes de la llegada de Trump, México y sus contrapartes de Estados Unidos y Canadá llegaron a diversos acuerdos para fortalecerse como una industria de plástico regional, armonizando los paquetes legales de cada país, revisando las reglas de origen para su perfeccionamiento, simplificando la documentación comercial y aduanera, y buscando flexibilidad laboral entre las naciones, pero que la situación se ha complicado.

No obstante, aseguró que México está en una mejor posición que hace 25 años para defender sus intereses. “No han cambiado las reglas del juego, lo que ha cambiado es el juego y no podemos jugar nuevos juegos con viejas reglas. Ni podemos, como hacemos los  mexicanos, querer cambiar y seguir comportándonos igual. Métanse en el nuevo juego y demanden otros tipo de repuestas”.

Acerca del estado de las negociaciones, dijo que actualmente se trabaja en más de 30 mesas, la mayoría con un 50 o 60% de avance. “No hay sorpresa en las posturas, pero sí se han presentado peticiones inaceptables. La postura de México es, como siempre, construir acuerdos que impulsen la competitividad y la integración regional. En todo caso, es preferible no tener un acuerdo que tener un mal acuerdo”.

Sobre los pasos que a su juicio México debe dar, de manera independiente al resultado de las negociaciones, señaló: “terminar el tratado con la Unión Europea y con la consolidación con la Alianza del Pacífico, así como intensificar los acuerdos con la región Asia Pacífico.”

Para la industria del plástico, para Ricárdez Solís las metas también son muy claras: “reducir el déficit de las importaciones de manufactura, produciendo manufacturas que actualmente entran de países asiáticos y que al entrar aquí se convierten en regionales y pueden llegar a los Estados Unidos; integrarse a los ejes tractores de la economía: automotriz, aeroespacial, médica, bioquímica, como Tier 3; modernizar su planta industrial, no sólo importando maquinaria, sino encaminándose hacia el 4.0; atraer inversiones y alianzas estratégicas; y voltear al sur para lograr una mayor integración con Sudamérica”.

Finalmente, al ser cuestionado sobre la premura de llegar a un acuerdo antes de las elecciones de 2018 en México, declaró: “No hay una fecha fatal y además hay un principio: la negociación termina cuando termina. Por más que existan presiones políticas, los operadores de TLC somos el sector privado. Si no se negocia bien, no queremos un tratado, independientemente del político en turno. Nosotros somos los operadores”.

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