Plástico de los océanos puede activar el mercado europeo de R-PET

Bantam Materials transforma el plástico proveniente del océano en hojuelas, pellets y preformas. Foto: Bantam.

Parece que los mercados de polímeros reciclados en Europa se están desarrollando a un ritmo mucho más rápido que sus contrapartes de polímeros vírgenes. Hay un interés cada vez mayor en el crecimiento de estos mercados, desde marcas y bienes de consumo de alta rotación, productores de polímeros vírgenes, empresas petroquímicas globales e instituciones financieras.

La legislación de la Unión Europea (UE) y la guerra mundial contra los desechos plásticos está centrando la atención pública y gubernamental en los plásticos reciclados.

Las principales marcas mundiales están haciendo promesas para aumentar la cantidad de R-PET (PET reciclado - tereftalato de polietileno) en sus botellas de bebidas PET. El propósito es cumplir o superar el objetivo del 25% de la UE para 2025, en gran medida impulsado por la presión del consumidor, o tal vez como una estrategia de marketing.

Los datos del ICIS muestran que Europa no produce R-PET lo suficientemente como para alcanzar ese objetivo del 25%. Por lo tanto, los compradores tendrán que buscar en otro lugar, probablemente fuera de Europa, pero eso lleva a las preguntas de "¿en dónde?" y "¿de qué calidad?"

Una opción que puede ayudar a responder esta pregunta es el plástico que llega al océano. El plástico del océano fue definido por la profesora Jenna Jambeck y otros en el artículo: “Las entradas de los desechos plásticos de la tierra al océano”, publicado en Science en 2015 como:

• El plástico desechado encontrado a una distancia de 50 km de una costa o un océano.
• Vía fluvial que alimenta el océano.
• El país o región carece de infraestructura de gestión de residuos e incentivos de recolección.
• La infraestructura saturada por el crecimiento de la población o el turismo.
• Existe un riesgo significativo para la vida silvestre si el plástico contamina su ecosistema.

Un número cada vez mayor de empresas está ofreciendo plásticos del océano como una alternativa en el mercado, pero la mayoría aún no se ha establecido en el mercado europeo.

Bantam Materials, proveedor de materiales con sede en el Reino Unido registrado en REACH, que ha estado en el negocio de R-PET durante más de una década, es una de esas compañías que trae plástico de los océanos a Europa desde Indonesia bajo el nombre de Prevented Ocean Plastic (POP), y está trabajando con la empresa social OceanCycle para proporcionar material POP completamente rastreable a clientes europeos.

Recientemente, ICIS habló con Raffi Schieir, director de Bantam, para comprender mejor el enfoque de la compañía respecto al plástico POP, y si el POP es o no una adición viable al portafolio de compradores europeos.

La trazabilidad y la certificación son clave

El objetivo del programa POP de Bantam es doble. Primero, apoyar a las comunidades locales en áreas de riesgo donde el plástico terminará en los océanos. Esto se puede hacer incentivando a las comunidades a recolectar, clasificar y procesar los desechos plásticos en material reciclado de alta calidad. En segundo lugar, presentar a los consumidores la opción de comprar productos empacados en material reciclado que se ha comprobado que provienen de regiones en riesgo del mundo.

“No hay ningún programa que conozcamos que pueda brindar una trazabilidad verdadera y completa de acuerdo con las definiciones académicas, junto con la certificación de un tercero, que pueda rastrear los esfuerzos de recolección en una comunidad costera específica hasta que el producto final llegue a punto de venta”, dijo Schieir.

La certificación y la trazabilidad son los factores clave que determinan qué define el POP en comparación con los residuos plásticos recogidos en el interior. Y es el proceso de rastreo y certificación del producto lo que le da al POP de Bantam su nivel de precio ligeramente más alto. Sin embargo, el material que Bantam está trayendo a Europa todavía tiene un precio dentro del rango de precios de entrega gratuita normal (FD) del noroeste de Europa (NWE), aunque hacia la parte superior de ese rango.

“Si el programa POP costara uno y medio más o el doble del precio del mercado y la gente comprara pequeñas cantidades como gestos simbólicos, las comunidades locales no recibirían apoyo con una recolección e infraestructura consistentes que no podrían desarrollarse y crecer para un reciclaje adecuado.

“Esta es la razón por la cual nuestros precios son para el mercado dentro de la comunidad europea, eso significa que nuestro material ni siquiera está en el punto medio, sin embargo, nuestro material tiene un precio entre el punto medio y el punto más alto del mercado”. Schieir explicó.

El precio siempre será un problema para un comprador de R-PET, independientemente de la calidad o el beneficio social. Debido a que los precios del PET virgen han caído en el transcurso de 2020, reduciendo los márgenes de los recicladores, también ha bajado la cantidad de R-PET usada en toda Europa, sustituyendo significativamente el R-PET por el PET virgen en los últimos meses.

En esencia, el comprador de POP está pagando por el beneficio de decir que obtuvo su material de un área en riesgo. Al hacerlo, ha evitado que ese material llegue al océano, un mensaje que debería tener algún impacto entre los consumidores.

Sin embargo, son los convertidores los afectados por los márgenes débiles y la presión de las marcas que quieren que se le suministre contenido reciclado al precio más bajo posible.

A pesar de la difícil situación financiera en la que se encuentran los recicladores en la actualidad, el POP obviamente está siendo aceptado por algunos.

En marzo, la cadena de supermercados Lidl introdujo POP en su empaque de pescado en el Reino Unido.

Calidad y volúmenes

Actualmente, Bantam trae alrededor de 1,000 toneladas/mes de POP al mercado europeo. Y en un seminario web reciente sobre plástico del océano, Ryan Schoenike, de OceanCycle, dijo que los volúmenes mensuales totales podrían estar cerca de las 3,000 toneladas para fin de año (aunque no especificó si solo se trataba de volúmenes para R-PET). La capacidad de material europeo de calidad alimentaria para R-PET en 2018 fue de poco más de 300,000 toneladas, según ICIS.

Schieir se ha enfrentado a desafíos para lograr que los compradores europeos acepten que el material de fuera de Europa sea de la calidad suficiente para satisfacer sus necesidades. Pero a medida que el año 2025 se acerca, y las alternativas como el reciclaje de productos químicos todavía están a una década de distancia, los compradores tendrán que mantener sus volúmenes actuales desde algún lugar.

En países como Indonesia, que dependen únicamente del agua embotellada para proporcionar agua potable a sus ciudadanos, se permite a compañías como Bantam asegurarse de que sus botellas postconsumo (PCB) tengan el mayor contenido de PET; en el caso de Bantam, su PCB en Indonesia contiene 99 % PET.

“Si comenzamos con una bala de PET al 99%, y aplicamos nuestro estándar europeo de clasificación, pruebas de laboratorio de proceso y certificación reglamentaria, entonces podremos lograr estándares de calidad similares y en algunos casos superiores a lo que se usa comúnmente en los mercados europeos o norteamericanos”, explicó Schieir.

¿Satisfacer las necesidades de R-PET de Europa?

Con la pandemia de coronavirus ocupando aún un puesto relevante en las mentes de la industria y del consumidor, junto con la débil demanda de botellas de PET que se traduce en una débil demanda de R-PET y sin signos de un repunte en los precios de PET virgen en el corto plazo, el plástico del océano tendrá gritar más fuerte para hacer oír su voz y sus beneficios en el mercado europeo.

Los volúmenes de plástico del océano pueden ser pequeños y de ninguna manera suficientes para llenar la brecha de suministro de R-PET de Europa, pero podría ofrecer una adición atractiva a la cartera de compradores como fuente de material reciclado de buena calidad, con el beneficio adicional de evitar que lleguen al océano más residuos plásticos. Y si los niveles de precios pueden mantenerse a un nivel competitivo con los de los proveedores europeos, ¿cuál es el problema?