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Los mejillones inspiran un nuevo plástico

Parece que no cesa la inspiración en la naturaleza para el desarrollo de nuevos materiales. Ahora, los moluscos se han unido al grupo de los 'mariscos' en la producción de bioplásticos.

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Los mejillones, en particular, han sido el foco de la investigación llevada a cabo por Megan Valentine, profesora asociada de ingeniería mecánica, en la Universidad de California, en Santa Barbara (UCSB), quien ha creado un plástico que se puede estirar sin romperse y repara sus enlaces moleculares. El material tiene potencial para el uso en articulaciones de robots que levantan objetos pesados, o en aplicaciones de embalaje para proteger cargas delicadas de caídas accidentales.

Como otros moluscos, los mejillones se adhieren a superficies sólidas utilizando una proteína adhesiva y fibras duras, que son muy fuertes y pueden repararse cuando se rompen algunos enlaces moleculares dentro de ellos. Para un mejillón, estas fibras elásticas pero fuertes son útiles cuando los golpea una ola.

Valentine y su equipo crearon un plástico que imitan la química que utilizan los mejillones. Los enlaces moleculares entre el hierro y un compuesto orgánico llamado catecol hacen que el material sea difícil de romper o rasgar, mientras permite que permanezca elástico. Los enlaces hierro-catecol disiparán la energía de algo que golpee o estire del material. 

Estos "enlaces de sacrificio" se rompen, pero la estructura general se mantiene intacta, según los investigadores.

Es el “sacrificio” de los enlaces de hierro-catecol lo que resulta en un material que se puede estirar en un 50%. Luego, una vez que se elimina el esfuerzo, los enlaces se reforman, haciéndolo reutilizable. Añadir estos enlaces hace que el plástico sea 770 veces más elástico y 58 veces más fuerte de lo que es sin ellos.

 

Bioplástico fabricado con mejillones.

El bioplástico a partir de mejillones tiene potencial para uso en articulaciones de robots que levantan objetos pesados.

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