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Con impresión 3D, mexicano innova en ingeniería de alimentos

Un egresado de la UNAM creó una impresora 3D capaz de procesar alimentos de difícil tratamiento típicos de nuestro país, como huitlacoche, harina de maíz, fríjoles, habas, papa y flor de calabaza, entre otros.

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Jorge Luis Chávez Alfaro, egresado de la carrera de Ingeniería en Alimentos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM, realizó una propuesta innovadora en materia de impresión 3D como parte de su tesis: “Desarrollo de alimentos para deposición de impresora tridimensional de dos extrusores”, proyecto que resalta la gastronomía de nuestro país a partir de esta tecnología en auge.

Asesorado por la doctora María Andrea Trejo Márquez, jefa del Departamento de Ingeniería y Tecnología, y la maestra Selene Pascual Bustamante, académica de la FES Cuautitlán, el ingeniero Chávez ha estudiado las propiedades de ingredientes típicos mexicanos para la elaboración de diversos alimentos impresos.

Para crear la impresora, el ingeniero tomó como referencia los parámetros de diferentes modelos comerciales, a los cuales les modificó ciertas características a fin de poder procesar los alimentos de difícil tratamiento como chapulines o frijoles.

En perspectiva, la impresión 3D funciona con el mismo mecanismo que la inyección de tinta; pero a diferencia de esta, sustituye el líquido del cartucho por plástico, metal, resina o alimento, materiales mediante los que se crea una figura de aspecto tridimensional que se diseña desde un formato digital.

A diferencia de otras impresoras, el prototipo creado en la FES Cuautitlán cuenta con una mayor capacidad en el relleno de los cartuchos (de dos y hasta cinco litros), además de un extrusor que permite limpiar los depósitos fácilmente.

Sobre los alimentos que se introducen, el ingeniero Chávez indicó que estos deben ser pseudoplásticos, es decir, sustancias que puedan deformarse con cierto esfuerzo aplicado, lo cual se logra al “modificar el tamaño de partícula y disminuir o aumentar concentraciones de agua”.

Por encima de la innovación, se buscó darle un giro a la industria alimentaria tridimensional elaborando figuras con ingredientes típicos de nuestro país, como huitlacoche, harina de maíz, fríjoles, habas, papa y flor de calabaza, entre otros.

El atractivo del proyecto desarrollado consiste en la presentación de los platillos, especialmente en el uso de ingredientes típicos mexicanos. Estas particularidades se ajustan a las demandas que el consumidor busca en los alimentos, como cantidades, calorías y nutrientes.

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