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Con una tasa de acopio de PET posconsumo  de más de 50 % por nueve años, México se sitúa en este rubro por encima de Estados Unidos, Canadá y Brasil. Es, además, el país que destina el mayor porcentaje de plásticos reciclados para la fabricación de nuevos envases (60 %).

Esta posición se ha conseguido gracias al trabajo colaborativo de diversos actores que han construido un ciclo virtuoso para valorizar los residuos de este material, que puede ser acopiado, recuperado, reciclado y reintegrado a nuevos ciclos productivos, con la generación de productos de alto valor.

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Detrás de esta estrategia se destaca el liderazgo ECOCE, una asociación civil ambiental auspiciada por la industria de bebidas, alimentos y productos de consumo que surgió en 2002, y de la cual Jorge Treviño Aguado ha sido su director por casi dos décadas.

Tuvimos la oportunidad de platicar con él sobre las buenas prácticas para lograr este caso de éxito en reciclaje de PET y sobre su visión del potencial que tiene México para conseguir estos resultados con otros materiales de envase, como plástico rígido (PEAD), empaques flexibles (PEBD y BOPP), aluminio, hojalata y cartón multi-laminado.

Su objetivo es demostrar que estos materiales pueden ser reciclados, y tienen valor no solo al ser usados por primera vez, sino también cuando se convierten en residuos. El aprovechamiento de residuos para la creación de nuevos productos es posible gracias a la ayuda de la población, que los separa adecuadamente para facilitar su identificación y valoración.

Una vez recuperados, son procesados para obtener la materia prima y evitar extraer nueva, ahorrar energía, agua, generar empleos (hoy más de 70 mil en nuestro país), pero, sobre todo, para evitar que lleguen al medioambiente.

Si bien ECOCE es un referente en el reciclado de plásticos y en el manejo adecuado de residuos de envases y empaques en México, los conceptos y prácticas que promueve tienen su raíz un poco más atrás en la historia con Aprepet, asociación para promover el reciclado del PET, de la cual Jorge Treviño también fue director.

Jorge Treviño Aguado, director de ECOCE.

Jorge Treviño Aguado, director de ECOCE.

“En Aprepet, la visión era integrar toda la cadena que producía envases de PET, desde el fabricante de resina, los convertidores de envases, los usuarios y también la gente que producía maquinaria para fabricar los envases, además de los pocos recicladores y acopiadores que había en ese entonces. La idea era promover la certeza de que este material podía ser reciclable y que tenía muchas ventajas. Luego, cuando empezamos a ver cómo se desarrollaba el mundo, vimos la necesidad de crear un organismo más grande, que tomara acciones más contundentes, y de ahí salió ECOCE hace 18 años”, comentó.

El proyecto de ECOCE comenzó a gestarse desde 2001. Entre sus precursores, Treviño destaca la participación del ingeniero Jaime Cámara, CEO de PetStar, la planta de reciclaje de PET grado alimentario más grande del mundo, ubicada en Toluca, estado de México. Juntos presentaron la idea al consejo directivo de la Asociación de Fabricantes de Refrescos y Aguas Carbonatadas, y propiciaron lo que hoy es el motor de la industria del reciclaje en el país.

La vocación del ingeniero Jorge Treviño Aguado siempre estuvo orientada hacia la química, desde sus estudios de Ingeniería Química en la Universidad de La Salle, hasta en sus estudios de liderazgo en el MIT o su maestría en Administración y Valuación de Negocios.

También estuvo vinculado con la Asociación de la Industria Química (ANIQ), de la que llegó a ser director de secciones después de 9 años. También ocupó la dirección de la Asociación de Fabricantes de Pinturas y Tintas, y tras un breve paso por el sector público, aceptó el reto de trabajar con los temas de reciclaje en Aprepet.

“En lo personal, siempre sentí atracción por los temas del medioambiente. Me gusta la naturaleza y disfrutar los grandes recursos naturales que tiene México y el mundo. Cuando me propusieron trabajar en Aprepet para promover la reciclabilidad del material y generar una nueva cultura de acopio y reciclaje, me pareció muy atractivo. Siempre me ha gustado iniciar retos que a veces la gente no quiere tomar porque no hay mucha seguridad, pero yo sí me aviento. El inicio de este reto coincidió con la explosión del uso del internet, lo que nos permitió acceso a información de otros países, y hacer un trabajo de investigación sin precedentes. Obviamente, nuestro principal socio comercial fue Estados Unidos, pero también pudimos ver qué pasaba en Canadá, Suramérica, Asia y Europa”.

Así, ECOCE empezó antes de que existiera una ley de residuos en México. Fue un programa voluntario de la industria de refrescos y aguas purificadas. También respondía a una inquietud del gobierno de Ciudad de México, por el rápido llenado de Bordo Poniente.

“Se enterraban allí todos los envases de plástico inflados y eso ocupaba mucho espacio. Por lo tanto, se efectuó en ese momento un análisis para determinar qué hacer, pues estaban enterrando polietileno, PET, PVC y muchos materiales que hoy se recuperan. Con eso le pudimos demostrar al gobierno que, en esta sinergia que se ofrecía por parte de la industria, se iba a poder darle mayor tiempo de vida al relleno. En ese momento, 2001, encontramos que el relleno sanitario tenía uno o dos años de vida, pero con el programa de ECOCE logramos extenderlo a 10 años más”.

Al mirar hacia atrás, Treviño reconoce que fue una buena decisión empezar hace 19 años con este tema del reciclaje.

“Hemos avanzado. Dejó de ser simplemente moda el ser verde o el ser ecologista. Hoy ya es mucho más una conciencia, un estilo de vida. Podría yo decir que de ese día a hoy, la industria del reciclaje ha crecido un 200 %. Pasamos de recuperar 6,000 toneladas de PET al año a recuperar más de 400.000 toneladas. Ahora también se recuperan polietileno de alta y baja densidad, polipropileno e incluso empaques flexibles plásticos y los empaques metalizados o no de BOPP. También ha cambiado significativamente la recuperación de materiales con la aparición de nuevas políticas por parte de la industria y de las empresas grandes o los acuerdos internacionales, pues se ha potenciado más este tema y yo creo que ha cambiado a todos los niveles, incluido el ciudadano, que se ha hecho más consciente, más participativo”.

El director de ECOCE asegura que estamos en la era del plástico y es imperativo conocer en profundidad estos materiales y las posibilidades que ofrecen en la circularidad. Es decir, con su acopio, recuperación y reciclaje, inclusive después de su vida.

“Hay plástico en nuestra ropa, nuestros escritorios, nuestras casas, nuestros vehículos y en los artículos personales. Todo tiene plástico, por lo que necesitamos aprender a aprovechar el gran potencial que tiene y las alternativas que ofrece. Eso sí, debemos ser conscientes de que tenemos que cerrar el ciclo de vida y la recuperación en una economía circular, para que el material dé el número de vueltas que pueda dar, ya sea a través del reúso o del reciclaje. De esta manera, dejamos de consumir materias primas vírgenes y generamos la menor cantidad de residuos plásticos”.

Treviño destaca que muchos de los plásticos hoy ya se pueden procesar a través de métodos altamente eficientes en energía, por lo que se puede decir que el plástico es el material que tiene la menor huella ecológica desde su producción, extracción de materias primas, transformación y fin de vida.

“Diversos estudios han demostrado que es más eficiente la huella de carbono del plástico cuando se lleva a cabo su recuperación y reciclaje. Por eso es muy importante promover la economía circular en el plástico, porque todavía hacemos mucho más reducida su huella de carbono”.

El experto enfatiza en que sería desastroso tratar de reemplazar los plásticos en envases por materiales alternativos, como metal, vidrio o papel y cartón, pues se tendría que utilizar mucha más energía para su fabricación, se cuadriplicaría el peso de los empaques, y al final habría más residuos y mayor producción de gases con efecto invernadero.

“Se han creado muchos mitos y leyendas alrededor del plástico. Como el hecho de que los bioplásticos o lo biodegradable es mejor, ya que no consideran las huellas agrícolas o la producción de microplásticos. Todo mundo cree que la basura plástica es el caos del mundo, cuando en realidad, por lo general, el plástico es inerte e inocuo. Su contaminación visual puede ser más agresiva que la de otros materiales, pero no hay una interacción degradante directa con el medio ambiente”.

Entre los logros más destacados de su carrera en el reciclaje de plásticos, Jorge Treviño asegura que una de sus grandes satisfacciones es haber podido sentar en una misma mesa a rivales comerciales para trabajar por un objetivo común. “Hemos logrado la alineación de productores de un mismo insumo, de un mismo producto. Esa colaboratividad o sinergia (Objetivo de Desarrollo Sustentable 17) es la que hoy se busca en muchas áreas, y ECOCE logró eso hace casi veinte años”.

Otro logro está en la vinculación de varias generaciones de niños con la filosofía del reciclaje. “Ha sido un gran trabajo realizado a través de nuestras campañas para brindarles información e invitarlos a participar en el cuidado del medioambiente a través del reciclaje. Ellos son la semilla para llevar a la práctica todos los conceptos que promovemos”.

“Durante todos estos años he recibido agradecimientos y conocido experiencias de gente que ha cambiado su vida a través del reciclaje. Hemos visto comunidades enteras que hacen del reciclaje su ingreso y sustento. También nos ha llegado información de escuelas que han mejorado su infraestructura, sobre todo en comunidades indígenas alejadas. Eso es muy satisfactorio, además de hacer que el nombre de México quede en muy buen nivel en materia de reciclaje”.

Al preguntarle al ingeniero Treviño sobre los nuevos retos que vienen para el avance del reciclaje de plásticos en México, comentó que va a continuar la presión para los diferentes empaques, y no solo para los de plástico, sino también para otros materiales.

“Habrá una presión nueva muy reforzada sobre la responsabilidad extendida del productor. Eso va a requerir, por ley, metas muy específicas que harán que las empresas se comprometan a tener algún sistema que coadyuve al manejo de los residuos. Viene también un tema de ecoetiquetado para brindar información al consumidor y promover que maneje sus residuos forma adecuada. Todo lo relacionado con ecodiseño será prioridad. A las empresas hay que cambiarles el chip para que cuando diseñen sus envases, no solo piensen en vender sino en que ese diseño debe tomar en cuenta parámetros de reciclabilidad, de facilidad de acopio y de información sobre el fin de vida”.

Con respecto a la responsabilidad compartida, el experto asegura que también debe ser y diferenciada.

“Cada parte de la sociedad tiene que hacer lo suyo: el ciudadano consumidor, el gobierno local, el estatal, el federal, la industria y la academia, para continuar el desarrollo de nuevos productos y tecnologías. La suma de todos estos conjuntos nos va a dar un mejor desarrollo. Sin embargo, a la industria siempre se le exige más, por lo que vamos a tener que seguir trabajando para alcanzar las metas de recuperación y aumentar los contenidos de reciclado”.

El ingeniero Jorge Treviño, como gran conocedor de las estrategias necesarias para impulsar el reciclaje de plásticos en el país, asegura que la economía circular llegó para quedarse.

“Se van a desarrollar más materiales que puedan tener un grado de limpieza y pureza suficiente para reincorporarse en los empaques y envases. Los temas de sustentabilidad no se van a limitar a los residuos, van a incluir el cuidado del agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y la energía. Ahí estarán los grandes retos para México”.

¿Cómo podemos mejorar y detonar esto? El experto asegura que se logrará con la creación de infraestructura básica, una mejora de los servicios de recolección y de los procesos de separación.

“El sorting es muy importante, no solo en México, sino en todo mundo. Una adecuada separación de los materiales permitirá que haya mercados que valoricen los residuos de empaques para reincorporarlos y llegar a una economía circular. Sabemos que hoy en el mundo el PET es el material que más lo ha podido hacer, pero tenemos que intentar que los demás plásticos puedan tender a la economía circular. En la medida en la que incrementemos el acopio y el reciclaje vamos a tener menos prohibiciones, menos plásticos considerados de un solo uso porque van a tener un valor, un mecanismo de recuperación y mercados donde se aprovechen. Los rellenos sanitarios van a pasar a la historia. La tendencia en el mundo es evitar que los residuos se entierren”.

Para la industria del reciclaje, 2020 y la pandemia implicaron el reto de mantener los niveles de crecimiento que se traían. Con el confinamiento bajó la recuperación de los materiales, pero también se redujo la demanda de los productos, lo que de alguna manera permitió que la tasa de recuperación se mantuviera, como fue el caso del PET, pero es una realidad que los volúmenes se vieron afectados.

“El PET se mantuvo alrededor de los 52,53 %. Aunque recuperamos menos, también hubo menos consumo de PET. Los demás plásticos también vieron mermada su recuperación y eso no es un tema exclusivo de México, sino que se dio a escala internacional”.

Para 2021 se espera que, con una reactivación de la economía, se puedan mantener los niveles y recuperar el rezago que se perdió en 2020. “Depende de muchas variables, entre ellas, que se puedan retomar las actividades tras la pandemia y las plantas se puedan echar a andar al 100 %. También tenemos que tomar en cuenta que Estados Unidos y Canadá ya firmaron su pacto de la Nueva Economía del Plástico, y van a requerir buscar materiales plásticos de reciclaje para aumentar sus tasas de recuperación y contenido reciclado. Se van a generar nuevos mercados que no existían para el material reciclado. Hay nuevas oportunidades económicas, y la industria del reciclaje va a repuntar, poco a poco”.

Entre las nuevas luces que se ven para la industria está la entrada en operación de la nueva planta de Vallejo, en Ciudad de México, que se busca sea mucho más automatizada y eficiente. “Si eso funciona bien, va a ser un ejemplo para que en el resto del país se comiencen a automatizar la recuperación y la separación de residuos”.

El experto señala que algunos cambios en la legislación apuntan a autorizar el coprocesamiento térmico de residuos, la generación eléctrica a través de residuos y eso abre nuevas perspectivas.

En estos tiempos de transición hacia la pospandemia, ECOCE continuará promoviendo el reciclaje de diversos tipos de materiales de empaque, así como sus campañas de comunicación y educación. Se enfocarán en fortalecer la difusión por estados, con el fin de despertar una sensibilidad más local. “El chiste es reinventarnos, rediseñarnos y adaptarnos a las nuevas circunstancias, al nuevo México y al nuevo mundo que tenemos”.

Ahora, cuando hay una tendencia global en aumento hacia el reciclaje, la economía circular y el aprovechamiento de los residuos, en México el tema ya tiene una trayectoria gracias a ECOCE. En un país donde el reciclaje no solo supone beneficios ambientales, sino también económicos y sociales, las oportunidades apenas comienzan.

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