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Eduardo Medrano: un camino dedicado a la industria mexicana de moldes

Platicamos con Eduardo Medrano, uno de los fundadores de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), y autor del libro El ABC de moldes, troqueles y dispositivos, acerca de su trasegar en la industria y de su particular visión para ver oportunidades.
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Eduardo Medrano, uno de los fundadores de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), y autor del libro El ABC de moldes, troqueles y dispositivos.

Eduardo Medrano, uno de los fundadores de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), y autor del libro El ABC de moldes, troqueles y dispositivos.

Conversar con el ingeniero Eduardo Medrano implica adentrarse en un mundo emocionante. Trazos de positivismo, pasión por la manufactura y un pensamiento visionario son los protagonistas de esta historia. Ingeniero de profesión y empresario por vocación, ha dedicado sus esfuerzos al impulso de la industria nacional de moldes y troqueles con el principal objetivo de generar valor al país.

Desde los inicios de su carrera profesional encontró la inclinación laboral que lo llevaría a la que sería su inspiración: la creación de mecanismos y el maquinado de piezas. Inició trabajando en diseño en una empresa familiar y, desde entonces, este tema generó su inquietud por la manufactura de herramentales.

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Con el paso del tiempo incrementó su experiencia en empresas como Chrysler, en la que inició su camino como practicante universitario y llegó a desempeñarse como ingeniero de proyectos.

“Allí estuve dos muy enriquecedores años en los que tuve la oportunidad de apoyar en la ejecución de transferencia de proyectos de mecanizado para motores de gasolina, así como con la coordinación de los proveedores que instalaban maquinaria y el correspondiente registro de sus herramientas de corte”, recuerda Medrano.

El camino le dio la posibilidad de trabajar con uno de los proveedores de Chrysler, Grupo Hi-Tec, en la venta de maquinaria, oportunidad que, de acuerdo con el ingeniero, fue muy constructiva y se cristalizó durante un par de años. “Esta fue una experiencia muy buena desde el punto de vista de la ampliación del conocimiento en la distribución de maquinaria”, afirmó.

Durante este mismo periodo, el fabricante japonés de máquinas-herramienta, Makino, inició la búsqueda de ingenieros de aplicaciones para un proyecto a largo plazo desde Estados Unidos. Esto implicaba el trámite de una visa de trabajo, la ampliación de horizontes y una oportunidad inimaginada de capacitación y crecimiento.

Dos años después de postularse a esta posición es contratado por Makino en donde finalmente se especializa en tecnología, integración de automatización, maquinaria y procesos de mecanizado avanzado, en lo que él define como una “experiencia inmersiva”.

“Esto fue tan significativo para mi carrera que pude ayudar en la transferencia de proyectos llave en mano de Estados Unidos a México y, gracias a lo aprendido, también pude apoyar a diversas empresas en Estados Unidos, Canadá y Centroamérica. Con el pasar del tiempo, llega la oportunidad en la que Makino busca dar el paso para ingresar al mercado mexicano con una operación local y me invitan a participar de ello”, rememora.

El gran reto: el desarrollo de una industria mexicana de moldes y troqueles

Conocer la industria local para producción de partes automotrices y aeroespaciales, y con la conciencia de que en México no estaba suficientemente desarrollada la industria de fabricación de moldes, se convirtió en el gran reto para trabajar desde la visión de un empresario.

“Tomé la decisión profesional, personal y familiar de regresar a México porque veía un horizonte prometedor y mayores posibilidades de crecimiento. El gran reto era iniciar una operación nueva y hacerla despegar. Por otro lado, sentía que podía aportar al crecimiento de la industria de mi país con la convicción de que debía, desde mi experiencia y conocimientos, generar valor para nuestra industria local. Y allí me remito a las palabras en ese momento de uno de mis mentores, Jorge García: ‘Nuestra labor no debe ser únicamente vender tecnología, sino modernizar la industria para ser más competitivos’”, enfatizó.

Una vez iniciado este proceso de exploración del país, en todo lo que tiene que ver con producción, se abrió camino con grandes empresas como John Deere, Cummins y General Motors, entre otras. El común denominador durante esta experiencia era la falta de oferta local relacionada con moldes, troqueles y herramentales.

Por eso surgió la inquietud de habilitar a México y generar un crecimiento en este frente. “En ese entonces podíamos contar a los fabricantes mexicanos de moldes con los dedos de una mano. Sabíamos que debía invertirse en conocimiento, aprendizaje, tiempo y mucho esfuerzo. Pero era algo que sonaba razonable”, continuó.

Así surgió la iniciativa de organizar un grupo de empresarios interesados en impulsar este sector cuyo resultado se veía muy claro a futuro. Con Antonio Mendoza, director de Moldes Mendoza, empezaron a conversar acerca de integrar un grupo de empresarios que representara los intereses del sector, al tiempo que se buscaría posicionarlo dentro de la industria de manufactura, así como en las instituciones académicas y del mismo gobierno.

Y así fue. En 2014, un grupo de siete empresas inició la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), una agremiación que hoy es referente para el sector en el país y que, además, desde 2019 forma parte de la International Special Tooling & Machining Association (ISTMA). Esto le ha permitido al sector mexicano de moldes, troqueles y herramentales establecer redes, compartir información técnica y de mercado, participar en reuniones, proyectos y visitas internacionales, lo que a la postre ha redundado en capacitación y crecimiento para el sector.

“Hoy, cuando lo veo a distancia, creo que la formación de la asociación fue fundamental para dignificar un sector que estaba perdido entre pequeños talleres que, en realidad, deberían tener una gran proyección. Otro tema fundamental fue reconocer una capacidad de generación de valor en México, que nos lleva a exponerlo no solo a los ojos de las empresas locales, sino ante los ojos del mundo. En la actualidad, gracias a este trabajo en conjunto, un promedio de 60 empresas en México ha invertido en la asociación”, comenta.

La creación de la asociación fue, en palabras del ingeniero Medrano, un parteaguas en la industria, que puso de manifiesto a otros fabricantes mundiales de moldes y troqueles, como Japón, Alemania, Canadá y Estados Unidos la competitividad de México en este frente. Además, aunque la industria local sigue siendo modesta, hoy tiene la oportunidad de conocer de primera mano las tendencias globales y aplicar mejoras, de ser necesarias.

Convertir un taller en una empresa, ¿es posible?

“Durante mis años de trabajo como presidente, y luego como secretario de la AMMMT, he recibido permanentemente la consulta de los protagonistas del sector: ¿cómo puedo ayudar en mi empresa?, ¿cómo la estructuro?, ¿en qué aspectos debo enfocarme? Allí surge la idea del libro El ABC de moldes, troqueles y dispositivos, con la intención de brindar a los emprendedores una propuesta más estructurada de un negocio que pueda englobar una visión más completa de cómo hacerlo posible”, manifestó Medrano.

“El ABC de Moldes, Troqueles y Dispositivos”, de Eduardo Medrano, sirve como una guía para el emprendedor de la industtria de moldes mexicana.

“El ABC de Moldes, Troqueles y Dispositivos”, de Eduardo Medrano, sirve como una guía para el emprendedor de la industtria de moldes mexicana.

El libro, que fue lanzado por el autor el pasado mes de octubre en el marco de Meximold 2022, está orientado a las empresas y explora de manera detallada el modelo de negocio y los retos de la industria.

“Allí exploramos diferentes escenarios: el entendimiento de una concepción básica de un negocio de moldes, troqueles y herramentales; el potencial del mercado local y mundial y las posibilidades del mercado en términos de costos”, afirma.

Identificar de manera muy concreta los objetivos principales, sentar una base para cada industria, teniendo siempre presente que para cada tipo de manufactura hay un herramental, es fundamental en este sector. Tener esta claridad permite abrir el horizonte, entendiendo las diversas aplicaciones en función de la capacidad económica e infraestructura de cada empresa.

“Puedes decir: hago moldes… pero ¿qué moldes?, ¿para qué?, ¿de qué tamaño? En México, el 80 % de la capacidad de fabricación está definida para moldes pequeños y medianos. Los grandes casi no se fabrican en México porque implican una gran inversión. Entonces, en el libro hablamos precisamente de empezar a entender qué herramental debe ser usado en determinados procesos de manufactura. Y con esto se busca tener claridad en función de entender que también hay niveles de complejidad de herramentales”, aseguró.

Y continuó: “La mayoría de las empresas no tiene planes de negocio. Son entidades que crecen de acuerdo con sus necesidades. Pero carecen de esa estructura y de ese orden. En cambio, compañías grandes, como Ford, expresan con mucha objetividad que para ellos tener un proveedor confiable empieza desde el punto de evaluación, que indica que hay un orden del plan del trabajo, que hay un orden del modelo de negocio”.

El libro, que permite a sus lectores , identificar diversas oportunidades de aprendizaje y networking, destaca y pone de manifiesto eventos de la industria u otros espacios de intercambio de conocimiento, así como diversos proveedores que integran tecnología.

Para finalizar, el ingeniero destaca que, si bien hay retos importantes, muy particulares a escala de empresario y emprendedor, hay otros que son más bien de mercado, que son del sector y que se identifican fácilmente. Uno de ellos es la oferta laboral; otro, el efecto China, que va a seguir siendo muy fuerte en manufactura y que debe obligar a pensar distinto para poder aterrizar más la generación de valor en México.

“Este libro no es una receta, es simplemente una opinión. Una opinión que pretende ayudar a estudiantes y entusiastas a ver que esta es una industria que genera mucho valor y que hemos visto crecer continuamente durante diez años. México tiene una oportunidad tremenda que debemos aprovechar, y si bien la industria ahora está muy entusiasmada con el nearshoring, eventualmente llenaremos esa capacidad. Por eso, la idea principal es conseguir el desarrollo del sector de herramentales en México, para contar con una industria más robusta”, afirma.

El ideal para el ingeniero es hacer de México una potencia en manufactura, capaz de generar las condiciones industriales de países como Japón, Alemania o Estados Unidos, y de aprovechar que en este momento esos países experimentan diferentes retos y pueden encontrar en México un aliado.

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